La vigencia de un mensaje historico

En 1960, el entonces Presidente de la UAR, CARLOS KHOURY SOLÁ, escribía en la Memoria de Presidencia de aquella temporada, un texto que se reproduce completo a continuación.

Buenos Aires, diciembre de 1960.

MEMORIA PRESIDENCIA

Señores Delegados de los Clubes Afiliados y de las Uniones de Rugby del Interior.

Cúmplenos la agradable misión de presentar la Memoria y Balance correspondiente a la temporada del año 1960 y someterlos a vuestra consideración. En los informes de Secretaría y Tesorería consta en forma suficientemente clara y extensa lo de valor acontecido en el año en curso. Poco o
nada quedaría por decir. No obstante, cedemos a la tentación de agregar unas líneas como exteriorización de un común sentimiento y deber, dígase la formación de las nuevas generaciones de rugbiers.

Vivimos actualmente incluso en nuestro deporte, la era de la técnica. Existe entonces como primordial anhelo, el deseo de tener el equipo más técnico posible. En consecuencia olvidamos que «el hombre que sólo es técnico es un hombre desintegrado». Olvidamos que el que enseña influye en los que están en desarrollo y formación, no tan sólo POR LO QUE SABE sino mucho más POR LO QUE ES, siendo esto último, en el decir de Mantovani, la fuerza penetrante que deja en el alma del que aprende, un sentimiento y una voluntad autoformadora sin tregua y sin término.

De allí que el conocimiento del rugby y el espíritu del rugby sean inseparables. Este contiene a aquél, como el mar contiene a la ola. Dijimos y hoy repetimos, que se pueden tener buenos conocimientos e incluso llegar a vestir la casaca internacional, sin que ello signifique que se ha asimilado el espíritu del rugby. En este caso diríamos y permítasenos la expresión, que el jugador ha entrado en el rugby pero que el rugby no ha entrado en él. Es decir que no ha alcanzado el objetivo de su formación integral de rugbier.

El conocimiento o la técnica sirven tan sólo para ejercitar nuestros músculos y nuestra mente durante nuestra juventud mientras que el espíritu nos impulsa y capacita para toda nuestra vida. Se deduce entonces que la misión del rugby no es solamente formar jugadores, sino ante todo y sobre todo formar hombres. Es ensanchar nuestro horizonte. Por ello, no resulta incongruente que un hombre que nunca haya pasado de la tercera división de su club, pueda estar mucho más impregnado del espíritu del rugby que otro que haya llegado a ser jugador internacional. De lo contrario, si la técnica fuera nuestro único afán y objetivo, no está lejos el día en que podamos deleitarnos viendo jugar rugby a dos equipos de robots. Y a no dudarlo que técnicamente lo harían infinitamente mejor que los mejores equipos internacionales. El «Coach» tendrá entonces y como única misión, que apretar un botón. El resto lo hará el superdotado muñeco mecánico que justamente la técnica habrá creado.

Se comprenderá entonces la tarea de los dirigentes y por ende de los miembros de la Comisión Directiva de la Unión. Esta, tan sólo señala o, en ocasiones, aporta las herramientas. Son los clubes los que tendrán que usarlas. Ellos son los obreros de esa obra en común, tal es, la formación integral de nuestros rugbiers. En tal sentido hemos tratado de realizar lo mejor dentro de nuestras posibilidades. Nuestros afanes se verán harto compensados si la siembra es exitosa y la recogen otras generaciones. Esa sería nuestra mejor recompensa.

Dejamos expresa constancia de nuestro agradecimiento a los señores miembros de la Comisión Directiva y de las distintas subcomisiones que nos acompañaron en el presente año, así como a los clubes afiliados a esta Unión, por la colaboración eficaz y constante apoyo. A nuestro Gerente señor Héctor B. Tiscornia y al personal rentado de la Unión, le transmitimos la expresión de nuestro
especial agradecimiento.

CARLOS KHOURY SOLÁ
Presidente UAR

Más información sobre Khoury Sola:
http://vitryrugby.blogspot.com.ar/2011/12/justo-homenaje-la-distancia.html