La mirada de nuestros juveniles

Tiene 16 años y juega en Delta, club en el que arrancó cuando tenía solo 9. El vínculo de Facundo Nigro y el rugby comenzó cerca de su casa de Maquinista Savio (Escobar), cuando unos amigos del barrio lo invitaban a jugar con la ovalada. Tanto le gustaba encontrarse con ellos que, sin dudarlo, decidió ir al mismo club en el que todos jugaban.

«Me acuerdo que era enero y había chicos de la M17 entrenándose, me dijeron que volviera en marzo», cuenta sobre sus comienzos.

Se reconoce como alguien callado, algo introvertido, que se enamoró del juego desde el primer día pisó el club. Facu va al colegio a un par de cuadras de su casa y cursa el tercer año de la secundaria. Sus padres Gabriel y Nilda son quienes lo acompañan en su crecimiento con el deporte. Es el único de la familia que juega, sus hermanos Franco, de 19, y Alejo, de 12, aun no siguieron sus pasos.

Sus amigos le dicen «gordo», cariñosamente, algo normal para un pilar derecho que mide 1.88 y pesa 141 kilos. Se entrena con el club, con el Centro de Rugby de la URBA de Zona Norte en San Patricio y, desde principios de año, con el Pladar de la UAR en el CASI (La Boya). Además participó recientemente de la convocatoria nacional para jugadores M16 y M17 realizada por la UAR.

Como cualquier chico de su edad sueña con jugar en la primera de su club y, quizá más adelante en el seleccionado. Mientras continua entrenándose, estudiando y divirtiéndose con el rugby, recuerda un partido que lo tuvo hace poco como involuntario protagonista.

Jugaba con Delta de local frente a Areco. A la salida de un pick and go se tiró sobre la línea para marcar el try, pero ni él ni su compañero de apoyo, Benjamín Chamaza, vieron que había llegado a apoyar en la línea. Sin embargo el árbitro había otorgado el try, pero ellos le avisaron que no debía cobrarlo. Justo Facu que no acostumbra a marcar tries y en un partido que su equipo terminó perdiendo 26 a 21. «Fue natural avisarle, me hubiera sentido mal si no lo hacía», asegura Facu que volvería a actuar de la misma forma frente a una situación similar. «No lo sentí como algo importante», afirma con humildad.

Sin embargo, su gesto fue reconocido por las autoridades de Areco el club visitante que no tardaron en reconocer su acción. «Queremos destacar este tipo de actitudes, agradecer y felicitar a entrenadores y padres de chicos como Facundo, que siembran semillas de un valor inmenso, y evidentemente las cuidan mucho y muy bien», expresaron en una carta conjunta firmada por Cristian Fernández, Capitán General de Rugby, y Alberto Vignolo, Presidente del club, enviada a Mario Mobrici Presidente de Delta.