Mantenimiento de los campos de juego

Como mantener de la mejor forma y mejorar el césped de los campos de juego. Aquí, la primera entrega de un informe especial al respecto.

Un cometario se escucha con frecuencia en nuestras visitas a los clubes y que resulta común a la mayoría de ellos es lamentarse por no tener más canchas de rugby que puedan sostener la presión de entrenamientos y juego que se dan por el constante crecimiento en el número de jugadores de este deporte. El mundial de este año, seguramente traerá más chicos a nuestros clubes y la oferta de canchas es muy poco elástica en ese sentido. Resta entonces pensar en mantener y mejorar lo que cada uno tiene.

A medida que el uso de una cancha se incrementa, lo único que nos resta para sostener esa demanda sin perder calidad de juego, es trabajar para aumentar el crecimiento del césped.

Las practicas culturales (tareas específicas que se aplican al manejo de un cultivo) fundamentales en el mantenimiento adecuado de un campo deportivo son:

• corte
• riego (y drenaje)
• fertilización
• aireación
• rolado
• reparaciones

La presente constituye la primera de seis notas en las que explicaré cada uno de estos puntos de la manera más clara posible ya que el conocimiento de cada uno de estos puntos puede resultar muy útil para prolongar o incrementar el buen estado de un campo de juego.

CORTE

Es una herramienta muy útil que si se sabe manejar puede hacer que un campo de juego brinde su máxima capacidad de respuesta.

¿Qué ocurre si aumento la altura de corte?

Depende de a qué especie le hago este manejo. Si se trata de una especie de invierno como el Rye Grass anual que utilizan la mayoría de las canchas, aumentar la altura de corte mejora la profundización de raíces, el ancho de la hoja, por lo tanto mejora la resistencia de la cancha al juego.

Si aumento la altura de corte en especie de verano como la bermuda, sus guías (estolones y rizonas) se hacen más gruesos y se crea más espacio entre nudo y nudo que tiene el tallo. Esto no es del todo bueno porque no se crea una trama buena para darle sostén a los botines y al juego.

¿Qué ocurre si bajamos la altura de corte?

Cortar bajo un rye grass puede incrementar la producción de macollos (rebrotes laterales que posee una planta) a expensas de crear raíces más cortas y de tener menor tolerancia al pisoteo.

Si en cambio se trata de bermuda, particularmente en el caso de esta especie, se favorece con cortes bajos constante porque al ser rastrera, tiende a lateralizar su crecimiento, generando cobertura rápida del suelo y dando una buena recuperación después del juego.

En resumen, aumentar la altura de corte incrementa la tolerancia al pisoteo, pero reduce la densidad del césped. Lo ideal es aumentar la densidad de siembra en el caso del rye Grass o levantar el corte si el presupuesto no permite una compra adicional de semilla.

La altura ideal de corte funciona dentro de un rango en el que se debe tener en cuenta la especie, su crecimiento máximo, su desarrollo radicular y la densidad de plantas, pero veamos el siguiente cuadro que es orientativo de las alturas a las que se puede manejar algunas de las especies de césped que se utilizan en cancha de rugby que están sometidas a intenso uso ya que son alturas óptimas que permiten el máximo crecimiento de las raíces.

El excesivo juego provoca un significativo estrés en la planta y hace que se incremente otro tipo de estrés provocado por malezas, insectos o enfermedades calor, frío o por falta o exceso de agua.

¿Cada cuánto se debe cortar?

Muchas veces he escuchado esta pregunta y vale la pena dejar en claro un concepto muy sencillo que la responde.

La frecuencia de corte, está determinada por la tasa de crecimiento, es decir que cuanto más crece, más tenemos que cortar.

Hay ciertos beneficios en la realización de cortes muy frecuentes. Cuanto mayor sea la frecuencia de corte menos hoja vamos tener que remover, en consecuencia la máquina de corte va a desgastarse menos; las recolecciones del corte ya no van a ser absolutamente necesarias (es más, es preferible que no se recolecte porque se reciclan nutriente y se ahorra agua); las raíces no van a sentir el rigor del corte; las hojas se afinarán y el césped se hará más suave y a la vez fuerte.
Siempre se ha dicho que no se debe cortar más de 1/3 del tamaño de la hoja en un solo corte; esto constituye la Regla del tercio y su explicación radica en que si se remueve un 40% o más de longitud de hoja en un solo corte, se interrumpe el crecimiento de las raíces por un período de tiempo. Esto afectará el rebrote.

Tengamos presente que el largo que quitemos de hoja es la medida de longitud que dejan de crecer las raíces.

La regla de oro es cortar lo más frecuentemente posible sin remover más de 1/3 de la longitud de hoja por corte de tal manera de prevenir que se interrumpa el crecimiento de las raíces.

El cuadro ilustra cuánto se puede dejar crecer un césped (como máximo) antes de cortarlo para manejarlo a una determinada altura. El ritmo de crecimiento determinará la frecuencia de corte y de ninguna manera esto es terminante; siempre conviene no llegar a ese crecimiento máximo y cortar antes de ese punto, pero no más que eso.

Es my importante atender los pronósticos del servicio meteorológico y anticiparse a las lluvias, cortando por más que el césped no haya llegado a las alturas máximas que indica el cuadro.

Por ejemplo, si se trata de un césped que corresponde a una cancha de entrenamiento con uso excesivo que quiere mantenerse a una altura estable de 2,5 cm, no debe dejar que crezca más allá de los 3,75 cm; si este 1,25 cm que crece lo hace en 2 días, 1 semana o 15 días, este ritmo de crecimiento determinará la frecuencia de corte.

Canchas en las que se requiere mayor frecuenta de corte son las que presentan mejores condiciones para el juego. Mayor frecuencia se obtiene a partir de un mejor manejo del riego, de los fertilizantes, de las aireaciones y las demás prácticas que iremos viendo en los próximos notas.

Hasta entonces!!