Practicas culturales para canchas con uso excesivo

Entre las principales tareas que se aplican al manejo de una cancha de rugby sometida a un uso intenso, se destaca aquello que tiene que ver con la FERTILIZACIÓN.

A lo largo de estos años en los que en mi tarea de asesor he visitado canchas, en mas de una oportunidad escuché decir «… fertilizamos las canchas una sola vez al año con 2 bolsas de urea y 2 de fosfato diamónico». Esto no está bien; si bien la utilización de estos dos fertilizantes puede resultar efectiva, el hacerlo una sola vez al año, sea en la dosifique fuera, es absolutamente insuficiente.

Se puede mejorar una cancha solamente mediante la aplicación de nitrógeno y de hecho, el promedio de fertilización anual de canchas con este elemento está en los 350 kilos de urea por año (7 bolsas), pero canchas razonablemente mantenidas requieren no menos del doble de nitrógeno anual. De modo que entre ese rango y dependiendo del presupuesto que pueda manejar el club, debe estar la cantidad de nitrógeno que se le debe aportar a una cancha por año.
Vale la pena decir que esta cantidad de nitrógeno es preferible aplicarla a lo largo de la estación de crecimiento del césped base (para nuestra zona es la bermuda) y durante el crecimiento del césped de invierno, preferentemente a partir de los 50 días de nacido.

Se habla de Nitrógeno porque es el nutriente base sobre el cual se van aplicar el resto de los elemento necesarios para una correcta fertilización. Pero no es el único.

Los céspedes requieren importantes cantidades de fósforo y de potasio pero también demandan calcio, azufre y magnesio en menores cantidades y en mucha menor cantidad utilizan hierro, manganeso, zinc, molibdeno, cloro, cobre y boro.

A grandes rasgos el nitrógeno es básico para la formación de hojas; El potasio difícilmente brinde una respuesta visible en el césped; influye en el enraizamiento, y otorga resistencia a diversos factores stress en condiciones extremas, tales como sequía y muy bajas temperaturas. Como interviene otorgando resistencia a las estructuras celulares, brinda una mayor resistencia a las enfermedades y algo fundamental en rugby, favorece el uso del césped dándole mayor resistencia al pisoteo del juego. Se requiere, al menos 1 vez y media la cantidad de nitrógeno.

El fósforo cumple una función importantísima al promover el desarrollo del sistema de raíces. Es muy importante porque la densidad de un césped y la recuperación posterior a un daño está relacionado con la fortaleza y la eficiencia que tienen sus raíces, sus estolones o sus rizomas y una aplicación de fósforo, particularmente acompañada de Nitrógeno aumenta el crecimiento de raíces a dosis de 200 kilos de fosfato diamónico por cancha y por año (4 bolsas).

Un adecuado plan de fertilización parte de un análisis de suelo y agua completo y de la observación del profesional a cargo que pueda corregir las aplicaciones en función a los cambios de temperatura, humedad y uso que pueda tener la cancha.
A grandes rasgos se puede decir que existen diferentes tipos de fertilizantes; los hay de liberación rápida con un períodos de aprovechamiento relativamente bajo para el cultivo y un costo también menor por unidad de nutriente; son lo s conocidos como solubles inorgánicos (ver más adelante) y de liberación lenta o controlada que permanecen un tiempo mayor en el suelo y están disponibles durante un período más largo para el césped, pero a un costo más alto. Estos fertilizantes se aplican cada 2-3 meses y su ventaja, además de tener menor pérdida, radica en que los costos de aplicación y las dificultades de manejo bajan considerablemente.

El siguiente cuadro señala los fertilizantes más comúnmente utilizados en los clubes y los elementos que contienen. Son fertilizantes solubles inorgánicos: (Se adjunta el archivo al final del documento).

Por supuesto que esta tabla no contienen todos los fertilizantes que existen en el mercado, pero conocer al menos algunos de ellos, cómo actúan y su contenido de nutrientes es importante para comenzar a trazar un plan de fertilización que mejore las condiciones de jugabilidad de la cancha por un tiempo más prolongado.

Recuerde que si se utilizan fertilizantes de este tipo (solubles inorgánicos) es preferible aplicar una determinada cantidad de fertilizante en un período prolongado de tiempo y a bajas dosis; se minimiza el riesgo de quemado y además el césped puede aprovechar mejor los nutrientes aplicados al disminuir su pérdida por volatilización o lavado.