Las mujeres y el rugby en la historia

Para la «Columna de Nicanor», González del Solar nos ilustra sobre el proceso histórico de nacimiento y consolidación del rugby de mujeres.

Durante décadas, el machismo tradicional del rugby rechazó la presencia de mujeres dentro de la cancha. Desde sus inicios, este deporte fue considerado demasiado rudo para las damas. Sin embargo, las chicas aparecieron en los ´70 y, aunque los varones no las tomaban en serio, surgieron clubes en la Gran Bretaña.

Ya en los años ´80 existía un importante grupo de muchachas que se divertían con los tackles. Los hombres no las aceptaban en sus instituciones y, como consecuencia, las representantes del mal llamado «sexo débil», fundaron sus propios clubes. Poco a poco, algunos jugadores las ayudaron, empujados por una hermana o por una novia. Esa influencia masculina las ayudó y, aunque nunca perdieron su estilo y su femineidad, asimilaron los conceptos básicos.

Aunque el primer empujón lo dieron las chicas británicas, fueron las norteamericanas las que crecieron más rápido. En los ´80 ya tenían 300 clubes en América del Norte, principalmente en USA, pues eran pocos los de Canadá. Ese desarrollo provocó que, en esos albores, Norteamérica desarrollara el rugby femenino más fuerte.

El fervor se contagió y, pronto, chicas de Holanda y Francia también mostraron su interés por formar scrums, saltar en los lines y llegar al try. Con ese crecimiento, las protagonistas de los dos continentes dieron un gran paso en 1983: fundaron la «Women´s Rugby Football Union». En esa misma década se incorporaron rugbistas de Italia, Nueva Zelandia y la Unión Soviética.

El primer partido internacional se disputó en 1982, cuando Francia derrotó a Holanda 4-0 (se anotó un try, que valía 4 en esa época), en Hilversum. Cuatro años más tarde, en 1986, se realizó el primer cotejo con presencia sajona. En abril de ese año, en la ciudad de Richmond, un equipo llamado «Great Britain» perdió contra Francia 14-8. Pero, un año más tarde, las inglesas conocieron la victoria: Derrotaron a Gales 22-4, en Pontypool, una pintoresca aldea celta donde Los Pumas jugaron en 1976, en la primera gira por tierra galesa.

El nivel observado en esos partidos impactó a muchas observadoras. Sirvió de ejemplo para que chicas jóvenes descubrieran las virtudes del rugby; se acercaron a los clubes y aprendieron los fundamentos. Aun con el desinterés de los varones, crecían constantemente y necesitaban una entidad madre, que aglutinara a las rugbistas de todo el mundo. Con ese propósito, representantes de Gran Bretaña, Francia, Italia, Holanda, España y Bélgica se reunieron en 1988 y, en Paris, tomaron una significativa decisión: Fundaron la «International Federation of Women Rugby». Fue un paso trascendente porque, enseguida, se incorporaron clubes de otras naciones.

Los historiadores recuerdan que, algunas mujeres, organizaron partidos en el siglo XIX. Según registros, fue en Irlanda donde se practicó rugby femenino por primera vez. Fue en el colegio Portora Royal School, de la ciudad irlandesa de Enniskillen. Sucedió en 1884, por el empuje de una chica, llamada Emily Valentine. Se mezcló con sus hermanos varones y armó un equipo en su instituto educativo. Emily fue, según una crónica, la primera chica que marcó un try en este deporte. Fue en 1887 cuando representaba al colegio e integraba el conjunto de los muchachos.

El primer documento auténtico, que detalla la posible formación de un equipo de rugby femenino, data de 1891. Se había planeado llevar a Inglaterra un grupo de jugadoras neocelandesas pero el proyecto se frustró. ¿Por qué? Por la protesta y la oposición de los varones.

También en el siglo XIX se halló una curiosidad: unas barajas, que tenían imágenes deportivas, incluyeron el dibujo de una chica que portaba una primitiva pelota de rugby. Eso pasó en 1895. Poco después, en Francia (1903) y en Inglaterra (1913) se tuve certeza de mujeres que habían jugado al rugby. Con una salvedad: lo hicieron puertas adentro para que no las criticaran los hombres.

Durante la primera Guerra Mundial, se realizaron algunos partidos de rugby femenino, con fines benéficos. El más conocido fue el que se hizo en el mítico estadio Cardiff Arms Park (allí, los Pumas de 1976 perdieron contra Gales 20-19), el 16 de diciembre de 1917, cuando «Cardiff Ladies» venció a «Newport Ladies» por 6-0.

Pasado el tiempo, el rugby de damas creció, contra viento y marea. Las muchachas se entusiasmaron con este deporte de contacto físico y, en diferentes continentes, irrumpieron clubes y certámenes. Como pasó con los varones, necesitaron un Campeonato Mundial. Eso se produjo en 1991, cuando Gales recibió a chicas de diferentes lenguas, costumbres y características. Se realizó, por fin, el primer «Women´s Rugby World Cup». ¿Quién lo ganó? De ello nos ocuparemos en otra nota, porque estamos en las vísperas del Mundial Femenino de 2014.