La palabra de los protagonistas

El segunda línea Felipe Aranguren y el centro Joaquín Domínguez, analizaron la victoria ante Mendoza y anticipan lo que se viene para Las Águilas.

El experimentado segunda línea de Las Águilas, Felipe Aranguren, uno de los sobrevivientes del plantel que se consagró tricampeón en el 2008, cuenta lo difícil que fue el encuentro ante Mendoza y cuáles son las premisas básicas del ADN del equipo, para intentar avanzar en la competencia, anhelando llegar a la final y terminar con el reinado de Córdoba.

Sobre los 15 minutos del segundo tiempo el Seleccionado de Buenos Aires se lució con una excelente jugada que culminó en try bajo los palos de José María Merlo. Al respecto Felipe asegura que «propusimos un lindo juego e intentamos un estilo en forma desplegada. De todas maneras, necesitamos ser más profundos y punzantes. De a ratos pudimos plasmar en la cancha el plan de juego que diseñaron nuestros entrenadores».

Consultado acerca del férreo dispositivo defensivo, Aranguren hace hincapié en esa faceta y en la ofensiva del equipo: «A nadie le gusta que le hagan tries. Tal vez no fue nuestra premisa central, pero de alguna manera está. El objetivo era atacar y atacar, ser muy verticales, ganar la batalla de los forwards y disponer de pelotas claras para que nuestros backs hicieran lo que saben. Por momentos lo logramos y por momentos no», reconoce.

De cara al futuro, el segunda línea de Cuba considera primordial generar una mística en el grupo: «Intentamos darle a Buenos Aires la identidad que se merece. Creo que la historia demuestra que es el mejor equipo de argentina y si bien en los últimos años no estuvimos a la altura de las circunstancias, vamos a dejar todo para poner al equipo bien arriba en base a sacrificio y victorias».

Por su parte, Joaquín Domínguez, centro del SIC y uno de los pilares de Las Águilas en el centro de la cancha, cuenta sus sensaciones post partido. «La cancha estaba complicada ya que había mucho rocío y esto no ayudó a desplegar un juego más dinámico. Terminamos jugando en 40 metros sin espacio y yendo al bulto como se dice habitualmente».

Tras una primera parte donde abundaron las fricciones y el juego cerrado, por fin en el epílogo pudieron llegar las emociones: «Se nos abrieron los espacios y por suerte aprovechamos algunas pelotas recuperadas y pudimos concretar tries que, al final, hicieron la diferencia».

Domínguez resaltó la importancia de terminar con el ingoal invicto gracias al excelente desempeño defensivo, en el que solamente recibieron tres puntos en contra producto de un penal. «La realidad que es no trabajamos tanto la defensa y haber terminado con el ingoal en cero es un mérito enorme. Significa que dejamos todo, quizás tuvimos algunos errores, pero lo suplimos con mucha actitud».

El próximo sábado Las Águilas tendrán un duro escollo en condición de visitante en tierra rosarina. Respecto del rival Joaquín dice que «ellos juegan un rugby más abierto y tienen muy buenos backs. Rosario es un gran equipo, pero nosotros confiamos a muerte en nuestro sistema de juego, en el grupo y en nuestros entrenadores».